Incrementa la nobleza, la conciencia espiritual, las habilidades psíquicas, la paz interior y la sanación; sana el cuerpo, la mente y el alma; promueve la transformación positiva; la meditación; el equilibrio; alivia el estrés; mejora la comunicación.
La amatista es una piedra poderosa y protectora. Resguarda contra ataques psíquicos, transmutando la energía en amor y protegiendo a quien la porta de todo tipo de daño, incluyendo el estrés geopático o electromagnético y las malas intenciones ajenas. La amatista es un tranquilizante natural que alivia el estrés y la tensión, calma la irritabilidad, equilibra los cambios de humor, disipa la ira, la rabia, el miedo y la ansiedad. Alivia la tristeza y el duelo, y disuelve la negatividad. La amatista activa la conciencia espiritual, abre la intuición y potencia las habilidades psíquicas. Posee un gran poder curativo y purificador. La amatista fomenta la sobriedad, teniendo un efecto moderador sobre el consumo excesivo de alcohol, drogas u otras adicciones. Calma y estimula la mente, ayudando a concentrarse, mejorando la memoria y la motivación. La amatista facilita el recuerdo y la comprensión de los sueños. Alivia el insomnio. Fomenta la generosidad y la sabiduría espiritual.
La amatista estimula la producción hormonal, regula el sistema endocrino y el metabolismo. Fortalece el sistema inmunitario, reduce el dolor y fortalece el organismo para combatir el cáncer. Destruye tumores malignos y favorece la regeneración de los tejidos. Purifica la sangre. Alivia el dolor físico, emocional y psicológico, así como el estrés. La amatista alivia los dolores de cabeza y libera la tensión. Reduce los hematomas, la hinchazón y las lesiones, y trata los trastornos auditivos. La amatista cura enfermedades pulmonares y del tracto respiratorio, afecciones de la piel, trastornos celulares y enfermedades del tracto digestivo.