Estabilidad, longevidad, fertilidad, serenidad, sabiduría, practicidad, tranquilidad, equilibrio, paz, armonía, moderación, perspectiva
El jade es símbolo de serenidad y pureza. Representa la sabiduría adquirida en la tranquilidad. Incrementa el amor y la ternura. Como piedra protectora, el jade resguarda a quien lo porta y le brinda armonía. Atrae la buena suerte y la amistad. Estabiliza la personalidad y promueve la autosuficiencia. Calma la mente, liberando los pensamientos negativos. Estimula la creatividad. Considerada una "piedra de los sueños", el jade propicia sueños reveladores. Facilita la liberación emocional, especialmente de la irritabilidad. El jade te anima a ser quien realmente eres.
El jade favorece la función de los órganos de filtración y eliminación del cuerpo. Es excelente para tratar problemas renales y de las glándulas suprarrenales. El jade elimina toxinas, fortalece los sistemas óseo y celular, y ayuda a cicatrizar heridas. Favorece la fertilidad y el parto. El jade equilibra los fluidos corporales.